Las murallas de Bolonia

Al igual que gran parte de las ciudades europeas, Bolonia contaba antiguamente con unas firmes murallas que rodeaban la ciudad para protegerla de las invasiones enemigas. Las mismas fueron levantadas durante el apogeo del Imperio Romano, período que fue desde el siglo III hasta el VII. Cuando visites Bolonia no dejes de acercarte a los pequeños yacimientos arquitectónicos que aún se conservan de esta época, porque son realmente una pasada.
En Bolonia todavía se preserva un buen trecho de muralla construido con círculo de selenita, un mineral fuerte con el que se solían levantar este tipo de edificaciones en los primeros siglos de nuestra era. Antiguamente las murallas formaban distintos círculos, cada uno construido para ampliar la zona protegida, a medida que aumentaba el territorio ocupado por la ciudad.
Cuando en el siglo XX se construyó una carretera para circunvalar toda la ciudad y hacer más accesible la circulación, se tiraron abajo algunos trechos de estas murallas. Por eso, al día de hoy, hay que acercarse a determinadas zonas para poder apreciar esta fabulosa arquitectura levantada por los antiguos romanos.
Si quieres conocer las murallas de Bolonia debes acercarte al barrio viejo, donde todavía se conserva la que se conoce como "La circunferencia", que antiguamente formaba parte del fuerte desde el que se controlaban los accesos a la ciudad y en cuyo perímetro había un pequeño torreón, un foso y un puente levadizo.

También te recomendamos que visites las puertas de acceso a la ciudad. Antiguamente había unas doce, de las que se conservan diez. Puedes encontrarlas distribuidas a lo largo de la ciudad. La más importante es Porta Mascarella, que todavía conserva los materiales y el carácter que tuvo en su construcción, durante el siglo XIV. Las otras son las puertas de Castiglione, Santo Stefano, Mayor, San Vitale, San Donato, Mascarella, Galliera, Lame, San Felice y Zaragoza.
Si eres un apasionado de la historia no deberías perderte esta visita arqueológica a la antigua Bolonia para descubrir secretos y rincones fascinantes. Además, no debes dejar de hacer el ascenso a las Torres de Bolonia, ya que desde las cumbres podrás tener unas fabulosas vistas de las murallas de Bolonia. ¡No te lo pierdas!